jueves, 15 de marzo de 2012

De champús, virales y bebés


Hay días monotemáticos. Y cada vez más gracias a Internet.

Nieva, y todo el mundo cuelga fotos de nevadas.  Vídeo viral nuevo, y se te llena el muro de facebook del mismo enlace una y otra vez. Cosas de la vida moderna.

(Inciso número 1: la función principal de facebook es descargar el correo electrónico de mail absurdos. El día que facebook permita colgar power points, seremos un poco más felices…)

(Inciso número 2: cuando la modernidad entra por la puerta, la lógica salta por la ventana)

Pues eso, que el tema del día no ha sido el rap del IES Mendoza ni el publirreportaje de Loewe (que también), sino el champú de caballo del Mercadona. En realidad, es algo que lleva coleando varias semanas y se resiste a morir. El asunto ha llegado incluso a los periódicos serios, cosa que le confiere una cierta dignidad más allá del inframundo de la red global. Esta mañana he leído un artículo de opinión en El Periódico de Catalunya sobre el champú de marras. El firmante, del cual no recuerdo su nombre, ha incluido en el texto una frase que ha atraído poderosamente mi atención. Venía a ser algo así como “es de tontos pensar que un producto diseñado para animales es mejor que uno diseñado para humanos”. En realidad, estoy de acuerdo con él: es de tontos. Igual que no me como unas galletas para perros o un alpiste para guacamayos, tampoco me lavo el pelo con un champú para caballos.
Pero este buen señor no se ha dado cuenta de que nos ha llamado tontos a un porcentaje grandísimo de la humanidad. Al 99,9%, me atrevería a decir. Porque, a ver, ¿qué es la leche de vaca sino un producto especialmente diseñado para terneros?
Como omnívoros que somos, es normal que la leche sea parte de nuestra dieta. No creo que haya nada de malo en tomarse un café con leche, o comerse un trozo de queso de oveja o un yogur de cabra. Pero de ahí a alimentar a nuestras crías exclusivamente con la leche de otro animal, creo que va un buen trecho.
Sí, es de bastante tontos, la verdad. Y creerse (y afirmar con rotundidad entre amigos y conocidos) que es igual o incluso mejor, además de ser de tontos y de ignorantes, denota lo mal que está el mundo. 
Se empieza así… Y se acaba como los del vídeo de Loewe.

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