lunes, 2 de julio de 2007

Con su camisita y su canesú.

Acabo de llegar de las rebajas. Masoquismo puro, vaya.
En mi búsqueda desesperada de un vestido apropiado para la boda del siglo, he entrado en todas las tiendas de La Maquinista, incluida una llamada Karnak, que me sonaba de cuando Rosa de España la anunciaba. Mi vista se posó en un blusita verde la mar de mona. No era para la boda, pero eran sólo 12 €. La relación calidad precio me pareció adecuada, y así, a ojo, cogí la talla S y me la llevé del tirón para el probador.
Disgusto número uno: me sobraba un tercio de la tela de la blusa. Triste y ojerosa, me dirijo a la dependienta y le pregunto: “Perdona, ¿la S es la talla más pequeña?”. La niña, que rozaba la obesidad mórbida, me mira con cara de asco y me dice: “Sí, ésta es una tienda de tallas grandes. La S equivale a una 46-48, aquí no hay ropa para ti”. Otra persona se hubiera molestado por el comentario, pero resulta que no es la primera vez que me dicen eso de “aquí no hay ropa para ti”. De hecho, estoy acostumbrada.
¿Por qué? Pues porque yo vivo en un drama permanente: el drama de la talla 44.
Seguro que las mujeres que me leen ya saben de lo que hablo. Como mis lectores son en su mayoría hombres, paso a relatar en qué consiste tan singular problema.
Resulta que las tiendas para personas de consistencia normal suelen tener ropa de tallas comprendidas entre la 38 y la 42. Y ya está.
Si la tienda es “de juventud”, que diría mi abuela, encuentras la 36 y la 34. En el Bershka tienen incluso la 32. Pero ni rastro de la 44…
Bueno, siempre te queda la opción de hacerte un saco de puñetas e irte al Modas Lolín más cercano. Pero, oh, sorpresa, en las tiendas de ropa “para señoras” las tallas comienzan en la 46. Una vez más, ¿dónde coño está la 44?
Mentiría si dijera que no existe la talla 44. Zara la tiene (siempre que no sea la submarca Trafaluc). Mango también. Incluso hacen la 46 en trajes de chaqueta y pantalones de vestir. Las XL (recordemos, XL=extra grande) de Zara y Mango son una 44 justita, que consigo meterme cuando el tejido da de sí y el corte es holgado. Con faldas y pantalones no suelo tener tantos problemas. Incluso tengo unos vaqueros que son una 42. Se conoce que España es un país de culos gordos.
También tienen la 44 las dos cadenas de las siglas: M&S y H&M. La primera es lo más cani que te puedes echar a la cara, pero para básicos está bien. La segunda, desde que dejan diseñar a las famosas, se ha convertido en la tienda de los horrores.
Resumiendo, que de las cuarenta y pico tiendas que he pisado hoy, he acabado comprándome el consabido vestidito de Zara. Ahora sólo me queda cruzar los dedos de los pies para que ninguna invitada a la boda viva, como yo, permanentemente abonada a la marca de Amancio Ortega.
¡Qué drama!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hahahahaha...yo gasto la 42 también, pero muy gordo no es que tenga el culo, no...non ti preocupare troppo...

Eso sí, Amancio te va a poner una calle un día de estos por darle de comer a su prole...

Yo, mañana mismo me voy al Corte Inglés a por mis bien ganadas temporadas de Colombo, que a mi comprar ropa en rebajas como que me da rabia...

rei dijo...

La belleza.. últimamente parece ke tiene que ir acompañada de algún tipo de tortura!!!!

disfruta de la boda!!

besete

Asokita dijo...

Rei,

Mucho me temo que la belleza siempre ha ido acompañada de algún tipo de tortura...

Luis dijo...

Bueno, mi vieja dice que conseguir un 44 es complicado por aqui pero no tanto... Es más, casualmente anoche encontré la etiqueta de un talle 44 que usa mi señora madre.

Yo pasé de talle 53 a 46. Cuando llegue al 44 te cuento ;)

Y adhiero a lo de Mr. D, que te vaya lindo en la boda :)