jueves, 28 de junio de 2007

Pride & Prejudice

Hoy es el día del orgullo gay. Una de las noticias estrellas de esta semana es la celebración del Europride en Madrid. A todo el mundo parece hacerle mucha gracia este evento, pero a mí, qué queréis que os diga, me pone los pelos como escarpias.
Por lo que he podido averiguar, el Europride es una macro fiesta que gira en torno a una cabalgata patrocinada por marcas comerciales y empresas privadas. O sea, que unos cuantos se hacen de oro a costa de otros cuantos que se ponen hasta arriba de alcohol, drogas y cualquier cosa que se tercie.
Y yo me pregunto, ¿qué tiene eso que ver con el hecho de ser o no homosexual, con sentirse orgullo o no de tu manera de ser? A mí me recuerda mucho a las fiestas de la primavera universitarias: miles de borregos borrachos como cubas intentando meterse mano mientras la universidad pública se desmorona. Planes de estudio absurdos, títulos no homologados fuera de España, inversión mínima en instalaciones, perdida de competitividad con respecto a los titulados por las universidades privadas,… Pero da igual, es más divertido beber cerveza y olvidar nuestros problemas. De todas maneras, da igual lo que hagamos porque somos españolitos de a pie y nuestras reivindicaciones siempre caerán en saco roto.
Con esto del Europride pasa lo mismo.
Me parece bien que se celebre el día del orgullo gay. Hay gente que dice que les parece absurdo ese tipo de cosas porque segregan aún más a los colectivos. Pero la gran mayoría que piensa eso está formada por hombres blancos heterosexuales.
Casualmente, he nacido blanca, europea, preferentemente heterosexual y me han educado en la fe cristiana, lo que es más o menos como si te tocara la primitiva pero en vez de seis, acertaras cinco y el complementario.
El fallo ha sido nacer mujer, así que no me queda otra que celebrar el 8 de marzo con el convencimiento de que algún día las cosas irán mejor. Si fuera homosexual, celebraría el 28 de junio, pero no iría al Europride ni muerta. Quizá intentara organizar una exposición en el centro cívico de mi barrio sobre la persecución que han sufrido y sufren los homosexuales en el mundo (hoy en día, 70 países condenan la homosexualidad, 8 de ellos con la muerte). O charlas en institutos sobre la creciente homofobia del gobierno polaco, para que la gente joven se dé cuenta de que esto no es jauja y todavía queda mucho por hacer justo aquí al lado.
Pero no, mucho mejor ponerse un tanga de cuero y un boa de plumas alrededor del cuello, y sacarle la lengua al cámara de Telecinco mientras te pellizcas los pezones. Mucho mejor, dónde va a parar. Sobre todo si el sarao lo organiza Coca-cola.

4 comentarios:

Mr. D dijo...

Ay, que se me saltan las lagrimas. Pienso EXACTAMENTE lo mismo que tu. Yo, es que si fuera homosexual, se me caería la cara de verguenza de que relacionaran con tamaño desproposito. En vez de servir para celebrar el orgullo y la normalidad sirve para seguir alimentando estereotipos arcaicos. Y es que digo yo, ¿que tiene que ver el sexo de la persona a quien quieras o con quien te acuestes para convertirte en una parodia de ti mismo?

Anónimo dijo...

Oye, que sí te lee más gente, por lo menos yo de vez en cuando. Pero vamos, fue por culpa de Luis así que muy desencaminada no vas.
A lo que iba, me ha parecido muy interesante lo que has escrito sobre el Día del Orgullo Gay. Estoy a favor de los gays, lo cual me parece, sólo decirlo, una completa estupidez porque no estar a favor supone no estar a favor de las personas, sea cual sea su orientación sexual, pero estas fiestas tampoco me convencen. Que las hagan, si quieren, pero me da la impresión que buscan sólo provocar a aquellos puritanos que aun ven mal la homosexualidad. Pero con la provocación, por muy divertida que pueda ser, no se logra que esa parte de la sociedad aun reticente, entienda la legitimidad de su reclamación. Me quedo con la hipotética exposición que organizarías.

Luis dijo...

Tarde o temprano, este tipo de cosas termina vaciando su significado en pos de otras que, como bien das cuenta, son puro comercio.

Esto es, creo, o eso pienso sin vivir en España, que cualquiera es libre de manifestarse libremente a favor de cualquier cosa. Si se manifiesta a favor del asesinato de los judíos y la vuelta del nazismo, se le aplicará el castigo que impone la ley, obviamente.

Pero en estos casos, el fondo termina siendo anecdótico, porque podría ser el orgullo gay como el orgullo de tener ojos pardos o por ser hincha del Albacete...

Y termino mi reflexión luego, que me llaman para ver unos teléfonos.

Saludos

Luis dijo...

Sigo...

Releo tu post y creo que es difícil agregar algo porque el análisis es profundo, y aunque me parece bien el manifestar lo propio, también me parecería bien que se lo hiciera cuando las cosas no fueran "medianamente" favorables (hoy es políticamente correcto hablar a favor de los gays).

Pero la parte de todo que vos le viste bien, es el negocio. ¿Puede ser un buen mercado explotar la reivindicación homosexual? Hagámoslo.

Y los demás entran como chanchos al corral al nuevo matadero de esta sociedad globalizada...

Y a los que no son del palo, les entran por el simple hecho de la fiesta (que no está mal tampoco).

Pero al fin, todo termina siendo lo mismo, como dije antes, y no hay reclamos sino solo facetas sociales a las cuales se las puede explotar comercialmente, y ya tenemos chicas de Greenpeace que se pasean semidesnudas en una cumbre de presidentes, y todo... así.

¿Y el reclamo?
¿Y las mejoras sociales?
¿La mejora del medio ambiente?

Bien, gracias. Eeeeeh... ¿de qué hablábamos?